En internet podemos encontrar muchos canales o páginas que crean contenidos audiovisuales de diferentes temáticas como cocina, cine, humor, finanzas, etc. Es cierto que hay nichos en los que es más fácil ganar audiencia que en otros, y es que por lo general el contenido de humor o entretenimiento es algo más fácil de viralizar en plataformas como Facebook, pero esto no quiere decir que el contenido educativo o de mayor valor no tenga importancia o relevancia, de hecho este tipo de contenido es el que más le interesa a plataformas como YouTube, puesto que es contenido con un gran valor agregado y que es potencialmente más monetizable, pero aunque lo sea, no es el contenido que más se viraliza. En la actualidad, basta con una sencilla búsqueda en plataformas como Instagram o TikTok para corroborar que las cuentas que más seguidores y vistas tienen, lo que se traduce en más ganancias, son las que se dedican a hacer contenido de entretenimiento como bromas, bailes, entrevistas y demás actividades que solo buscan entretener y no aportan valor, no informan ni reflexionan, y mucho menos expresan opiniones o argumentos sobre un tema, lo cual claramente está haciendo que los espectadores se acostumbren a digerir solo contenido basura, que no te reta a analizar, argumentar ni reflexionar. Estamos condenados a ser una sociedad en donde la prioridad es el contenido basura, rápido y corto, lo cual claramente está limitando nuestras capacidades intelectuales.
A nadie le queda duda de que la capacidad de atención de las personas se ha visto reducida enormemente por el uso activo de redes sociales, puesto que cada vez es más difícil concentrarse en videos largos o en actividades que requieren concentración durante varias horas como ver una película o leer un libro, y todo esto tan solo es una consecuencia negativa de lo mucho que nos han acostumbrado las redes sociales a recibir estimulación rápida y constante, queremos que todo sea fácil y digerible en segundos, lo cual no siempre puede ser así ya que existen actividades como el análisis de un texto que claramente requieren atención y tiempo, no todo el contenido al que nos enfrentamos se puede analizar y comprender a profundidad en unos pocos segundos de video, y es clave entender esto, ya que debemos ser conscientes de que nuestro cerebro también necesita estimulación, necesita interpretar, analizar, establecer conclusiones, formar argumentos, usarse para lo que fue diseñado, ya que, de lo contrario, las futuras generaciones serán cada vez más incapaces, intelectualmente, de formar ideas y analizar, serán cada vez más ignorantes y manipulables.
Es claro que no siempre se usan las redes sociales con el objetivo de analizar un contenido o argumentar sobre el mismo, puesto que consumir ocasionalmente videos de entretenimiento o humor para relajarse mentalmente tampoco es algo tan grave, la cuestión es que debemos reflexionar sobre cómo estamos viviendo en la época en donde se ha normalizado que el contenido a consumir siempre debe contar con esa característica de fácil o rápido que dictan las redes sociales, estamos dejando que las mismas redes sociales moldeen nuestra forma de pensar y actuar, lo cual a futuro claramente va a atrofiar nuestro cerebro y seremos menos capaces de tener habilidades como la concentración y el análisis: estaremos cada vez más limitados.
Es claro que el contenido que consumimos está afectando nuestras capacidades intelectuales, y aunque claramente las personas mayores no se ven tan afectadas por esto, lo que realmente preocupa son las nuevas generaciones, ya que es cada vez más común que aparezcan consecuencias negativas por la exposición constante a contenido basura y superficial, como adicción a las redes sociales, trastornos alimenticios, o problemas para socializar. Como sociedad debemos reflexionar y priorizar contenidos que enriquezcan y alimenten nuestro intelecto, en caso contrario, estaremos condenados a ser una sociedad de ignorantes, cada vez más influenciable.
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